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La sorprendente cantidad de agua que necesita una dieta de carne contra una vegetariana

Controlar el consumo de carne en la dieta diaria no es solo necesario para calmar la crisis climática tal y como aseguró la propia ONU en el último informe científico. Reducir el consumo animal es el mayor atajo para ahorrar agua.

Arjen Hoekstra, un investigador holandés, inventó en el 2002 el concepto de «huella hídrica», que consiste en el consumo de agua escondido a lo largo de toda la cadena de procesado de la comida que compramos. En base a esto, ha hecho una impactante comparación que no hace si no confirmarnos que con la reducción del consumo cárnico solo se gana.

En su investigación, Hoekstra compara una dieta vegetariana, vegana y otra basada en carnes, apoyándose en las 3.400 kilocalorías que consumimos de media al día en países industrializados.

En la dieta vegetariana, se necesitan 1,4 litros de agua por cada kilocaloría, incluyendo la mezcla de cereales, azúcares, raíces, legumbres, frutas, verduras y frutos secos. En una dieta vegana, el consumo por kilocaloría sube a 1,7 litros, teniendo en cuenta leche, mantequillo, queso y huevos. Pero cuando llegamos a la categoría de carne y pescado, la media se dispara: 4 litros por kilocaloría, que incluye el procesado de la carne, pollo, cerdo y pescado.

El resultado final es que en una dieta cárnica se necesitan 4.480 litros de agua al día, en una vegetariana 2.830 litros, y en una vegana 2.380 litros, un 47% menos que la dieta de carnes.

«Resulta obvio que los consumidores pueden reducir su huella de agua limitando el volumen de su consumo de carne», asegura Hoekstra, agregando que también es importante «ser más selectivo en qué tipo de carne se elige: el pollo (4.325 litros por kilo) es menos intensivo en agua que la vaca (15.415 litros por kilo), y a su vez, la ternera en un determinado sistema de producción tiene un impacto en el consumo de agua mucho menor que otro».

 

Escrito por L. Acosta

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